Nombres comunes: Peyote, mezcalito, el abuelo, wokowi, huatari.
Sinónimos: Anhalonium lewinii, Echinocactus williamsii Lem. ex Salm-Dyck, Lophophora lewinii (Hennings) Rusby.
Clasificación botánica
Familia: Cactaceae
El peyote es un cactus pequeño con una forma que recuerda a un nabo, de crecimiento lento y que rara vez supera los 6 cm de diámetro. Originario de las zonas áridas y desérticas de México y del suroeste de Estados Unidos, este cactus contiene pocas espinas, excepto en los brotes más pequeños. La variedad Lophophora diffusa es una segunda especie de peyote de menor calidad psicotrópica, que se encuentra en terrenos calcáreos al sur de México, en los estados de Querétaro y San Luis Potosí, y en el desierto de Chihuahua.
El peyote puede alcanzar, en casos excepcionales, los 20 cm de altura, y tiene una forma circular o semiesférica con una raíz grande. El cactus o botón está compuesto por 5 a 14 costillas, que dependen de la longevidad del ejemplar. El peyote puede crecer solitario o en forma cespitosa, formando extensiones de varios metros cuadrados. Sin embargo, debido a la sobreexplotación, se encuentra con cada vez más dificultad. La raíz, que puede llegar a 8-10 cm de profundidad, tiene forma de zanahoria. La areola, donde el cactus presenta las flores, está cubierta de pelillos sedosos. Las flores, que aparecen en el centro superior del cactus, son de color blanco o rosado y no presentan una separación clara entre pétalos y sépalos. La epidermis del cactus está recubierta por una especie de cera. Los frutos se desarrollan durante un año y, al madurar, se vuelven rosados y cilíndricos antes de secarse y tomar una coloración marrón y papirácea, liberando semillas negras, verrugosas y con hilum blanco.
El peyote puede reproducirse cespitosa, generando nuevos botones a partir de un botón principal, especialmente si la planta se daña o se corta a ras de suelo. En estado salvaje, la reproducción se realiza principalmente a través de semillas. Los frutos aparecen a principios de verano, maduran en un año y, al secarse, liberan las semillas.
Los huicholes distinguen dos tipos de peyote: el tzinouritehua-hikuri (peyote de los dioses) y el rhaitoumuanita-ri-hikuri (peyote de las diosas). Aunque no está claro si se trata de dos variedades distintas o de diferentes estadios de crecimiento, la variabilidad en el terreno y el tiempo de crecimiento del peyote pueden influir en sus características. El verdadero peyote es Lophophora williamsii, mientras que Lophophora diffusa tiene menos mescalina y presenta un color más azulado, con flores algo rojizas debido al polen.
El cultivo del peyote es sencillo pero muy lento. Es más rápido propagarlo a partir de botones que de semillas, ya que estas últimas germinan con dificultad fuera de su hábitat y tardan al menos 5 años en alcanzar un tamaño medio de 1.5 cm de diámetro. Para propagarlo, se corta el botón a ras de suelo, se deja secar unos días o se sumerge en una disolución de azufre. Luego, se planta en suelo o se injerta en un cactus de crecimiento más rápido, como Trichocereus pachanoi o Opuntia spp. El botón cortado y plantado suele enraizar fácilmente, siempre que se sigan ciertas precauciones, como cortar horizontalmente y dejar reposar antes de injertar. Este método puede cuadruplicar la tasa de crecimiento del cactus.
Historia y etnobotánica
Los primeros vestigios arqueológicos del uso del peyote datan de hace aproximadamente 6500 años en el sur de Texas. Los primeros peyotes secos descubiertos, que contenían restos de mescalina, se remontan a hace unos 4000 años.
El nombre "peyote" proviene del náhuatl, posiblemente de pepeyoni, que significa "excitar" o "estimular", o de piyouutli, que se traduce como "narcótico" y "capullo de seda" en referencia a sus tricomas.
El uso del peyote entre las etnias mexicanas, como los chichimecas y toltecas, ya fue documentado por los primeros conquistadores españoles, aunque sus raíces se remontan a tiempos muy antiguos. Fray Bernardino de Sahagún menciona el peyote como peiotl en 1560, describiendo su uso entre los chichimecas y señalando que el rito del peyote podría datar de tres o cuatro siglos antes de la llegada de los españoles. Sin embargo, estos datos pueden ser inexactos debido a la interpretación del calendario azteca. La confusión sobre el peyote es notable, ya que algunos botánicos lo han confundido con un hongo sagrado. Sahagún y Francisco Hernández atribuyeron erróneamente al peyote el nombre de teonanacatl, que en realidad se refiere a los hongos del género Psilocybe. Sahagún describe el peyote diciendo: “Existe otro tipo de yerba parecida a las tunas; se llama peiotl, es de color blanco y se encuentra en el norte. Quien la consume tiene visiones terroríficas o se ríe, y su intoxicación dura dos o tres días, después de los cuales cesa. Es alimento común entre los chichimecas, les da fortaleza, valor en la batalla y los sostiene, aliviando hambre y sed, y creen que les protege de todo peligro”.
Se estima que esta tradición ha perdurado por más de 4000 años. La primera descripción del peyote fue realizada por el francés Charles Lemaire, quien lo denominó Echinocactus williamsii. Más tarde, recalificó al peyote como Anhalonium lewinii. Aunque el nombre Echinocactus y Anhalonium se mantuvieron durante casi un siglo y medio, hoy en día se acepta que el peyote pertenece al género Lophophora.
El término "mezcal" puede confundir, ya que se refiere al licor hecho de Agave americana o a las semillas narcóticas de Sophora secundiflora. La confusión puede haber surgido porque los misioneros, al intentar prohibir el uso del peyote, le dieron el mismo nombre que al licor para asociar su efecto con el alcohol. La administración colonial española impuso restricciones al uso del peyote y sus rituales, considerándolo obra del diablo.
Los huicholes conocen el desierto donde crece el peyote como Wirikuta, el lugar de los muertos. Una canción huichol dice: “En Wirikuta crece una flor que te habla y tú la entiendes”. El peyote es central en la religiosidad huichol, asociado con el sol, el venado y la planta del maíz, elementos fundamentales en su vida. Los huicholes y los tarahumaras realizan peregrinaciones a Wirikuta cada dos años en busca del peyote, un ritual de regreso a las raíces culturales. Durante el peregrinaje, que puede durar más de 40 días, los grupos de 10 a 20 personas buscan los peyotes, que se cuelgan de una mula para secarse. Al encontrar los cactus, se arrodillan y realizan una oración de agradecimiento antes de recogerlos.
En el último siglo, el uso del peyote se ha extendido hacia el norte, incluso hasta Canadá, con rituales adoptados por comanches, kiowas, mescaleros y navajos, entre otros. Debido a la persecución policial y religiosa, se formó la Native American Church, que en 1995 logró la legalización del uso del peyote exclusivamente para ceremonias religiosas. La Native American Church busca mantener las costumbres religiosas tradicionales de las tribus indias, fusionando elementos indígenas con un sincretismo cristiano.
Los ejemplares más antiguos, que pueden tener más de 30 años, son muy valorados por su mayor contenido de alcaloides y se denominan "abuelos". El peyote también se ha propuesto para tratar el alcoholismo crónico, basándose en la presencia de alcaloides neuroamínicos que también se encuentran en el cerebro durante la intoxicación alcohólica, lo que podría explicar la dependencia alcohólica.
Composición química
El principal componente psicoactivo del peyote es la mescalina, que puede representar hasta el 5% del cactus seco y el 0.4% del cactus fresco. La mescalina es extremadamente estable y puede mantenerse inalterada en un botón seco durante años. Restos arqueológicos de hace 5700 años han mostrado notables cantidades de mescalina. Fue el primer alcaloide alucinógeno identificado, por Arthur Heffer en 1896.
Otros alcaloides presentes en el peyote incluyen:
N-methyl-3,4-dimethoxyphenylethylamine (n-methylmescaline)
O-methyltyramine (mescaline)
3,4-dimethoxyphenethylamine (3,4-dimethoxyphenethylamine)
El peyote también contiene otras sustancias como el fenilalanina, la tiramina y la adermatina. La alucinación puede ser moderada o intensa y dura entre 8 y 12 horas, dependiendo de la dosis y la preparación del peyote. Las dosis bajas (2-4 botones) producen euforia y alteraciones perceptivas, mientras que dosis más altas (10-20 botones) inducen efectos visuales más intensos, que pueden incluir visiones y alucinaciones. La frecuencia de uso del peyote puede llevar a una tolerancia, por lo que su consumo debe ser moderado. Además, el uso de peyote puede provocar una reacción adversa en el sistema nervioso central en dosis elevadas, así como alteraciones en el sistema cardiovascular.
Efectos del Peyote
El peyote es un cactus alucinógeno que produce efectos psicotrópicos en dosis adecuadas, con dos fases principales:
Fase Inicial:
Comienza con una sensación aromática similar a la menta, acompañada de náuseas, intranquilidad, posibles vómitos, sudoración, palpitaciones y, en algunos casos, cefalea.
Los síntomas desagradables como frío, dolores estomacales o musculares, temblores y dilatación de las pupilas pueden durar hasta cuatro horas, aunque generalmente se presentan durante la primera hora.
Puede inducir miedo o terror, con sensaciones intensas de malestar que pueden durar hasta cuatro horas.
Fase Tardía:
Se caracteriza por un estado místico con alucinaciones visuales y auditivas, sensación placentera y empatía con los compañeros.
Aumento subjetivo de la fuerza física y mental.
La duración total del efecto es de entre 10 y 12 horas, con una resaca moderada o baja.
Preparaciones y Dosificación
Botones Secos: Se secan y se mastican, aunque son amargos. Alternativamente, se puede reducir a polvo y encapsular (se necesitan 15-20 cápsulas) o hacer una decocción de 10 botones triturados por persona.
Dosis Psicotrópica: Para la mescalina, la dosis es de 0.5 a 0.8 g. Para el cactus seco, de 5 a 10 g, equivalente a 6-10 botones medianos.
Tintura: Mezclar 100 g de polvo de peyote con agua y 250 cc de alcohol etílico, dejar reposar 5-10 días y filtrar. La cantidad de polvo puede duplicarse para mayor potencia.
Enema: Preparar una decocción concentrada para evitar el sabor amargo, aunque la absorción puede ser limitada.
Se recomienda un ayuno previo de 4-6 horas para minimizar náuseas y vómitos, y en la práctica tradicional se relaciona con la pureza espiritual.
Efectos Adversos
Lofoforina: Puede causar dolor de cabeza, malestar y sofocos.
Pellotina: En dosis altas puede provocar temblores o convulsiones.
Anhalonidina: En dosis muy elevadas puede causar parálisis.
Hordenina: Puede elevar la tensión arterial y provocar taquicardia.
Casos de psicosis se han registrado en consumidores, generalmente asociados al consumo de alcohol junto con el peyote. La tasa de morbilidad de psicosis agudas es muy baja (1 en 70,000 dosis).
Fuente
Guía de las plantas psicoactivas; historia, usos y aplicaciones. Dr..J.L. Berdonces