Nombres comunes:
Dondiego de día, gloria de la mañana, campanilla morada, hiedra morada, bado negro, manto de la Virgen.
Clasificación botánica
Familia: Convolvulaceae.
Ipomea violacea, conocida como gloria de la mañana, es una planta trepadora perteneciente a la familia de las convolvuláceas. Originaria principalmente de Norteamérica, especialmente de México, y de Centroamérica, se ha naturalizado en diversos países tropicales y ha sido introducida en Europa con fines ornamentales.
Es una enredadera de tallos finos y volubles, con hojas grandes y en forma de corazón. Sus flores pueden ser solitarias o aparecer en pequeños grupos. Aunque suelen ser de color púrpura, también se encuentran en tonos blancos, rosados o violetas. La floración es abundante durante el verano y el otoño, y las flores se cierran al atardecer, un fenómeno común en muchas convolvuláceas. El fruto es una cápsula con tres valvas.
El género Ipomea abarca entre 600 y 700 especies, muchas de las cuales se cultivan como ornamentales. Algunas de estas especies se han naturalizado, convirtiéndose en plantas invasoras en campos de cultivo y jardines.
Historia y etnobotánica
La primera referencia escrita sobre la gloria de la mañana data de 1651, en los textos de Francisco Hernández de Toledo, médico personal del rey de España, quien pasó varios años en México estudiando las plantas medicinales utilizadas por los indígenas. En la Historia general de las cosas de Nueva España, Sahagún describe: "Hay una planta que llaman coatl xoxouhqui (serpiente verde). Da un grano que lleva el nombre de ololiuqui (cosa redonda). Embriaga y vuelve loco… es medicinal".
Existen numerosas variedades de esta planta, aunque solo algunas poseen propiedades psicoactivas. Es uno de los principales alucinógenos sagrados utilizados por los chinatecos, mixtecas, mazatecos, zapotecas y otros grupos indígenas de Oaxaca. Los rituales actuales asociados a las semillas de ololiuqui incorporan elementos cristianos, como invocaciones a santos y oraciones, reflejados en nombres como "semillas de la Virgen" o "semillas del manto de María", mezclados con creencias y prácticas paganas.
Los pueblos indígenas de México han utilizado, y siguen utilizando, esta planta junto con la Rivea corymbosa (L.) Hallier f. para provocar efectos alucinógenos que, según sus creencias, otorgan poderes adivinatorios, curativos y religiosos.
Los aztecas conocían los efectos psicodélicos de la campanilla morada, a la que llamaban titilitzin. Los cronistas españoles describieron los rituales adivinatorios asociados a estas semillas.
En 1959, el etnobotánico Richard Evans Schultes identificó las semillas como psicoactivas y las envió a Albert Hofmann, el descubridor del LSD, para que las estudiara. Hofmann encontró alcaloides ergólicos en las semillas.
Composición química
Las semillas de la campanilla morada contienen un 0,1% de alcaloides ergólicos, siendo el principal la ergina o amida del ácido lisérgico (LSA). También contienen otros alcaloides ergólicos como chanoclavina, lysergol, elimoclavina y d-amida del ácido isolisérgico.
Efecto
Los efectos de las semillas comienzan aproximadamente una hora después de su ingestión y pueden durar hasta 10 horas. Si se consume con alimentos, el efecto máximo puede retrasarse debido a la absorción limitada de sus principios activos.
Se necesitan entre 100 y 500 µg de LSA para provocar un efecto psicotrópico, lo que equivale a 100 veces la cantidad requerida de LSD para un efecto similar.
Preparaciones y dosificación
Las plantas que producen estas semillas están divididas en dos tipos, conocidas como macho y hembra. El macho se identifica como Ipomea violacea (badoh), mientras que la hembra es Turbina corymbosa (angelito). Se cree que los hombres deben consumir las semillas del macho, mientras que las mujeres las de la hembra. Las semillas macho, de un color más oscuro, son aproximadamente el doble de potentes que las semillas hembra, que son de color marrón claro, por lo que la dosis debe duplicarse en el caso de las semillas hembra.
El consumo de ololiuqui puede producir experiencias visionarias y viajes espirituales intensos, acompañados de visiones claras y placenteras, aunque a veces con una sensación de pesadez y letargo. Estas experiencias pueden convertirse en momentos trascendentales, permitiendo explorar mundos distintos a los accesibles con otros enteógenos.
Las semillas se pueden consumir solas o trituradas. También se pueden dejar en remojo en agua durante varios días para crear una bebida con efectos psicodélicos leves. Las extracciones con éter concentran los principios activos, pero requieren un proceso más complejo.
Efectos adversos
El consumo de estas semillas junto con medicamentos inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO), como algunos antidepresivos, puede ser peligroso.
La ergina puede inducir contracciones uterinas, lo que conlleva el riesgo de aborto en mujeres embarazadas.
Fuente
Guía de las plantas psicoactivas; historia, usos y aplicaciones. Dr..J.L. Berdonces
Tecnología ancestral; Medicina Indigena Nativa tradicional. Pablo Godínez Liberman