Clasificación botánica
Familia: Erythroxylaceae
La coca es un arbusto muy ramificado que puede alcanzar hasta 2,5 metros de altura, con tallos leñosos. Sus hojas son alternas, elípticas u ovado-lanceoladas, de borde entero, pequeñas, de color verde claro y de textura coriácea, alcanzando aproximadamente 10 cm de largo y 4 cm de ancho. Las flores, pequeñas y axilares, son mayormente solitarias y de color blanco, mientras que el fruto es una drupa alargada de color rojo cuando madura.
Originaria de los Andes, probablemente del Perú, esta planta crece en alturas entre 1000 y 2000 metros. Se ha observado que aquellas cultivadas a mayor altitud contienen mayores cantidades de cocaína en comparación con las que crecen en altitudes más bajas.
Historia y etnobotánica
Las hojas de coca han sido parte integral de los rituales andinos, utilizadas como ofrenda a los dioses y espíritus, especialmente en momentos de desastres naturales como inundaciones o terremotos, o durante los cambios estacionales para pedir condiciones climáticas favorables para la agricultura. Según la leyenda, la Pacha Mama (Madre Tierra) entregó la hoja de coca al pueblo andino para ayudarlos a soportar la tristeza, el hambre y el dolor durante los tiempos de esclavitud.
La práctica de masticar coca, conocida como "chachear", es milenaria, con más de 5,000 años de historia. Los restos arqueológicos más antiguos de hojas de coca fueron hallados en tumbas funerarias en Huaca Prieta, en la costa norte de Perú, datados entre 1800 a.C. y 2500 a.C., lo que confirma el prolongado uso de esta planta entre las poblaciones indígenas.
En 1558, el cronista Cieza de León describe cómo los señores andinos usaban las hojas de coca como símbolo de poder, en regalos y durante sacrificios. También menciona que la coca era la única ofrenda que quemaban en honor a sus ídolos.
La figura de la "mamacoca" tiene un profundo significado ritual en la religiosidad andina. Representa el espíritu protector de las hojas de coca, una entidad divina que fue un regalo de los dioses a los pueblos del altiplano. La hoja de coca se considera un medio para comunicarse con poderes sobrenaturales, capaces de proteger contra el mal de ojo, curar enfermedades y fomentar la fertilidad del ganado. Las ofrendas de hojas de coca incluyen rituales como enterrarlas, quemarlas o consumirlas como parte de la petición o agradecimiento a la Pachamama.
El uso de la coca se extendió por los territorios actuales de Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Chile, Argentina y Brasil. Además, la lectura de las hojas de coca para adivinar el futuro era una tradición practicada por los "callahuallas" (médicos tradicionales errantes), magos y adivinos. Otras costumbres arraigadas incluían hacer ofrendas de hojas de coca durante viajes, especialmente al cruzar valles o montañas, donde se creía que una nueva deidad gobernaba el paisaje. Para garantizar un buen viaje, era común enterrar unas cuantas hojas como ofrenda.
Durante el imperio incaico, las hojas de coca se usaban como tributo, junto con otros bienes. Su consumo estaba reservado a la nobleza y las castas superiores, ya que se consideraba una planta sagrada con propiedades mágicas, adecuada para rituales religiosos y funerarios. El uso recreativo o energizante de la coca no era común en la sociedad inca, estricta y severa. Sin embargo, con la llegada de los colonizadores españoles, el consumo de hojas de coca se expandió, sobre todo entre las clases más bajas de los pueblos indígenas, principalmente porque las hojas de coca se utilizaban como moneda y porque aumentaban la resistencia al trabajo en condiciones de explotación extrema, como las minas de plata en Potosí, Bolivia.
A pesar de la oposición inicial de la Iglesia Católica, que consideraba las hojas de coca como un "producto del diablo" por su arraigo en las costumbres ancestrales indígenas, su consumo fue finalmente aceptado debido a su valor económico y estratégico para la colonia. En 1569, el rey Felipe II declaró a la coca un producto esencial para el bienestar de la colonia y estableció un impuesto del 10% sobre su comercio.
En la actualidad, en regiones de Perú y Bolivia, el cultivo, consumo y comercio de la hoja de coca con fines tradicionales y medicinales es legal, con regulaciones que limitan las áreas de cultivo. En Colombia, sin embargo, no existe una regulación oficial. Las tensiones sobre el cultivo y el uso de la coca persisten, especialmente con la expansión de áreas de cultivo en Perú y la llegada de Evo Morales al poder en Bolivia, lo que ha generado controversias tanto a nivel nacional como internacional.
A finales del siglo XIX y principios del XX, productos a base de coca se hicieron populares en Europa y Estados Unidos. Uno de los más conocidos fue el "Vino Mariani", elaborado por el químico italiano Ángelo Mariani, que tuvo gran éxito entre figuras destacadas como el Papa León XIII y varios presidentes de Estados Unidos. Inspirado por el éxito del vino Mariani, John Pemberton creó la Coca-Cola en Atlanta como un tónico cerebral y nervioso. Aunque la fórmula original de Coca-Cola contenía extracto de coca, las leyes restrictivas sobre la cocaína obligaron a la empresa a eliminar este componente, aunque la bebida sigue utilizando hojas de coca descocainizadas para conservar su sabor distintivo.
En la medicina tradicional andina, las hojas de coca se han utilizado para tratar diversas dolencias, especialmente del sistema digestivo y para aliviar dolores generales. Su efecto anestésico ha sido fundamental en su uso terapéutico.
Uso moderno y controversias
Hoy en día, el cultivo y consumo de coca es legal en Perú y Bolivia dentro de ciertos límites, aunque en Colombia no hay regulación. El gobierno autónomo del Cusco ha ampliado las áreas de cultivo, argumentando que se trata de un uso tradicional, lo que ha generado controversias, ya que podría facilitar la producción ilegal de cocaína. La presidencia de Evo Morales en Bolivia, líder del movimiento cocalero, ha generado debates similares.
Impacto nutricional y medicinal
Las hojas de coca son excepcionalmente ricas en nutrientes. Contienen altas cantidades de proteínas, calcio y vitamina B1, lo que las convierte en un complemento valioso en la dieta de las comunidades andinas. La práctica de chachear la coca mejora la resistencia física, especialmente en altitudes elevadas, y proporciona alivio del mal de altura.
Efectos y preparaciones
El principal alcaloide de la coca es la cocaína, con un contenido que varía entre el 0.1% y el 2.2%. La hoja de coca, al ser masticada junto con un alcalino como la llipta, libera sus alcaloides lentamente, proporcionando efectos energizantes, como el alivio de la fatiga y un aumento en la capacidad de trabajo. En contraste, la pasta base y la cocaína, derivados más concentrados y adulterados, producen efectos rápidos, pero de corta duración, con un alto potencial de adicción.
Efectos adversos
El consumo crónico de cocaína puede causar daños físicos y psicológicos severos, como pérdida del sentido del olfato, paranoia, y un alto riesgo de emergencias cardiovasculares. A pesar de estos riesgos, el consumo tradicional de hojas de coca raramente representa un problema de salud pública en las comunidades andinas, debido a los controles sociales que regulan su uso.
Fuente
Guía de las plantas psicoactivas; historia, usos y aplicaciones. Dr..J.L. Berdonces